El nombre de este cuadro hace referencia a los dos paisajes opuestos que se pueden observar ya que la idea era representar un paisaje de día y otro de noche en una misma composición con un elemento común, que sería el faro. Äsí, la zona de la derecha muestra un faro en primer plano azotado por las olas que chocan contra él. Éstas, junto a las gaviotas del fondo transmiten una gran sensación de agitación y movimiento, tal y como correspondería a una mañana llena de actividad. A medida que desplazamos la mirada hacia la izquierda los colores se van oscureciendo paulatinamente y las líneas de las olas se van suavizand hasta llegar a otra escena nocturna con un mar en calma total. En ella se observan unas barcas que vuelven a puerto al final del día, alumbradas por un faro que aparece al fondo. La sensación que transmite esta parte del cuadro es de calma, de paz, de vuelta a casa al final de un largo día.
Sin duda este ha sido un encargo con el que he disfrutado muchísimo. El reto de pasar del día a la noche en un mismo cuadro y que esta transición de colores fuera suave y sin marcar fuertes contrastes ha sido precisamente lo que hace de éste, un cuadro muy especial.
Detalle de la zona nocturna
Detalle de la zona diurna
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